Las habitaciones son amplias y cuentan con un balcón que ofrece una vista impresionante del mar. El desayuno es excelente, con productos frescos y variados, una manera ideal de comenzar el día.

La ubicación, aunque espectacular, puede ser un desafío debido a las muchas escaleras que hay para llegar a las habitaciones y diferentes áreas del hotel. Además, el parking es complicado, ya que el espacio es limitado y está justo en la carretera principal. Algunas habitaciones presentan un diseño algo anticuado, lo que puede sorprender si esperas un estilo moderno.

Un rincón de Italia inolvidable

Mientras desayunaba croissants recién horneados, disfruté de una vista al mar que robaba el aliento. La atención del personal era de otro mundo, haciéndome sentir parte de la familia.

Sin embargo, las escaleras para acceder a las habitaciones podían ser un desafío, especialmente después de un largo día explorando Ravello.

La atención personalizada y el ambiente acogedor hicieron de mi estancia un momento inolvidable. La ubicación es mágica, con vistas impresionantes, pero las escaleras pueden ser un verdadero reto. La comida fue un deleite diario, cada plato elaborado con frescura y amor.